Verlo todos los días en la facultad ya era molesto. Me molestaba su pelo largo, sucio, lleno de grasa, enredado. Me molestaba ese intento de barba, esos tres pelos locos que luchaban por mantenerse en su barbilla. Me molestaba también su saco de cuero hasta los tobillos, tratando de simular una estrella de rock pesado.
Pero cuando recibí un mail suyo alardeando de haber ganado un concurso literario... fue la gota que rebalsó el vaso. ¿Venir a refregarme a mí el premio? ¿Justo a mí, que hace años que participo en concursos sin ganar siquiera dinero para la estampilla? No podía tolerarlo. Estaba iracunda frente al monitor. ¡El muy desgraciado invitaba a la presentación de su premiada novela! Le hubiese mandado un virus por mail que le reventara la computadora en cuanto lo abriera. Pero en lugar de eso esperé.
Esperé un par de días, hasta que lo vi en la facultad, sentadito en el barandal del tercer piso, como si tal cosa.
Todo el mundo conoce mi torpeza. No hubo uno al que le llamara la atención que me tropezara, y que justamente cayera sobre él.
Después, el tumulto en el primer piso hizo que nadie se detuviera en la atolondrada escritora que bajaba por las escaleras.
8 comentarios:
Muy, muy, muy bueno!
la venganza será terrible (lo dice Dolina, no yo). Genial, 5 pulgares (1 es de Isabel)
Re pulenta =P
Isabel no tiene pulgares, ahora que pienso
Bien Farina! Ya aprendió a usar los nuevos conceptos de crítica literaria!
no tiene pulgares ... opuestos ! pero los tiene, estan más abajo
qué bueno Farina! Da para imaginar la más dolorosa y disimulada.
me encanta =D
sobre todo el final ^^
sencillo y sin vueltas... tengo que aprender que siempre termino enroscada como palmerita... si entendes lo que digo... xD
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