7.7.10

Verlo todos los días en la facultad ya era molesto. Me molestaba su pelo largo, sucio, lleno de grasa, enredado. Me molestaba ese intento de barba, esos tres pelos locos que luchaban por mantenerse en su barbilla. Me molestaba también su saco de cuero hasta los tobillos, tratando de simular una estrella de rock pesado.
Pero cuando recibí un mail suyo alardeando de haber ganado un concurso literario... fue la gota que rebalsó el vaso. ¿Venir a refregarme a mí el premio? ¿Justo a mí, que hace años que participo en concursos sin ganar siquiera dinero para la estampilla? No podía tolerarlo. Estaba iracunda frente al monitor. ¡El muy desgraciado invitaba a la presentación de su premiada novela! Le hubiese mandado un virus por mail que le reventara la computadora en cuanto lo abriera. Pero en lugar de eso esperé.
Esperé un par de días, hasta que lo vi en la facultad, sentadito en el barandal del tercer piso, como si tal cosa.
Todo el mundo conoce mi torpeza. No hubo uno al que le llamara la atención que me tropezara, y que justamente cayera sobre él.
Después, el tumulto en el primer piso hizo que nadie se detuviera en la atolondrada escritora que bajaba por las escaleras.

8 comentarios:

Anita Leporina dijo...

Muy, muy, muy bueno!

Fleur dijo...

la venganza será terrible (lo dice Dolina, no yo). Genial, 5 pulgares (1 es de Isabel)

Aladas Palabras dijo...

Re pulenta =P

Aladas Palabras dijo...

Isabel no tiene pulgares, ahora que pienso

el_bru dijo...

Bien Farina! Ya aprendió a usar los nuevos conceptos de crítica literaria!

Fleur dijo...

no tiene pulgares ... opuestos ! pero los tiene, estan más abajo

Mª Laura Piccioni dijo...

qué bueno Farina! Da para imaginar la más dolorosa y disimulada.

Midnight Mushroom dijo...

me encanta =D

sobre todo el final ^^

sencillo y sin vueltas... tengo que aprender que siempre termino enroscada como palmerita... si entendes lo que digo... xD